Velero, a tu regata recién salido,
no me dejes fuera de juego,
lejos del llanto y el espanto,
navegando sin rumbo ni viento.
Recuerda, soy tu vela marina.
Mediterránea y erguida cual plegaria,
de tela María a media asta,
sufrida sal en la brisa infinita.
Da alas amargas el naufragar,
huérfanas y hartas de expresar.
De conocer el aire, hacerse a la mar,
saltando las olas sin timón al azar.
Allá donde te halle en suerte,
allá donde huela a risa y limón,
Abrazando leguas y cuanto nos separe
por el amar de recuerdos al alimón.
2013